Tijuana, Baja California / Los Cabos, Baja California Sur.- El
fin del dominio de los Arellano Félix sobre la frontera noroeste de
México se produjo como si hubiera estado planeado para que pareciera la
escena final de una película de gánsters. Grabaciones recientemente
publicadas en Internet han aportado valiosa información de cómo el pasado 18 de octubre, el hermano mayor del clan y primer capo del Cártel de Tijuana fue baleado en medio de su lujosa fiesta de cumpleaños.
Sonaba la ranchera El señor de las canas de Vicente Fernández, en voz del cantante sinaloense “El Mimoso”, antiguo integrante de la célebre Banda El Recodo,
que esa noche actuaba en el salón Ocean House de Los Cabos (BCS), donde
se reunía en fastuosa celebración la familia junto a sus amigos, e
incluso personajes del mundo del espectáculo como el ex jugador de
fútbol Jared Borgetti. En un momento de la canción, apareció un sicario disfrazado de payaso
que, simulando el trabajo de su disfraz, sin llamar la atención de los
presentes, se acercó a la mesa donde estaba el ex capo y le disparó dos
veces en la cabeza. Ya en el suelo, remató el cadáver con otros tres
tiros.
Francisco Rafael Arellano Félix, de 63 años, fue el primer capo del Cártel de Tijuana.
Duró pocos años al frente de la organización criminal, ya que en 1993
fue detenido por la Policía Federal, acusado y condenado a diez años de
reclusión por narcotráfico y lavado de dinero (entre otros delitos).
Cuatro días antes de ser liberado, en 2004, se inició un proceso
internacional que lo llevó a ser extraditado a Estados Unidos
dos años después. Sobre él pesaban cargos por narcotráfico, derivados
de una operación de la DEA realizada en 1980 en la que fue interceptado
cuando trató de vender 205 gramos de cocaína a un agente encubierto.
Aunque en esa ocasión logró escapar y refugiarse en México, en 2006
salió de la cárcel del Altiplano (Almoloya, Estado de México), para
ingresar en un penal estadounidense en el que cumplió dos de los seis
años de condena (reducción por ‘buena conducta’).
Aunque su muerte plantea muchas dudas,
su desaparición deja al cartel de los Arellano Félix prácticamente
deshecho. Tres de los 7 hermanos que fundaron la organización criminal y
que han ocupado alguna vez la dirección están entre rejas. Primero
fueron procesados Benjamín (sentenciado a 25 años), y Francisco Javier
(cadena perpetua en una prisión de Estados Unidos). El último de los
hermanos, Eduardo “el doctor”, fue detenido en 2008 y dejó las riendas
de la banda a sus tres hermas y su sobrino: Luis Fernando Sánchez Arellano alias “el ingeniero”, considerado hoy el único remanente del cártel familiar.
Lejos quedan los años de dominio a
sangre y fuego de las plazas de Baja California y Sonora, fruto de las
alianzas con los Beltrán-Leyva, en los que llegaron a controlar el
trasiego de mercancías ilegales a través de la frontera. Desde el
asesinato de Ramón (Mazatlán, 2002), el dirigente más destacado de la
historia del cártel (especialmente por su récord sangriento), la
organización ha experimentado un declive que ha podido ver, en la muerte
de “El Menso”, su último capítulo.
Se ha despertado el temor a que las bandas de segunda fila comiencen una guerra en las calles
por hacerse con el control. Sin embargo, hay investigaciones que
estiman que definitivamente el Cartel de Sinaloa a logrado hacerse
fuerte en Baja California, pudiendo incluso haber establecido un pacto
con ‘el ingerniero’. El reciente hallazgo de un narco-túnel
con un gran alijo de droga en Tijuana, cuya propiedad ha sido atribuida
este cártel, hace pensar que efectivamente la organización de ‘El
Chapo’ ha extendido sus redes a la frontera bajacaliforniana.
Pero la supuesta tregua con los Arellano
Félix significaría que también estarían participando sus socios, los
Beltran-Leyva, quienes pueden haber enterrado sus diferencias con
Joaquín Guzmán Loera para crear así un “super cártel”.
Si por el contrario, aún no hay una organización dominante en el lugar,
Tijuana puede volver a ser el escenario de una guerra entre
narcotraficantes.
El Cartel más sangriento
Los Arellano Félix se establecieron en Tijuana en 1989. Fruto del caso Camarena (1985), del que recientemente se han filtrado averiguaciones que implican a agentes de la CIA e intereses de Washington, se derivaron los arrestos de los tres capos del Cártel de Guadalajara: Miguel Ángel Félix Gallardo,
Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo. Con el ingreso en
prisión de los zares de la droga, se producía una escisión en el gran
cartel dominante en México, asociado incluso con el colombiano Pablo
Escobar y que dominó desde Jalisco a Tijuana el negocio del narcotráfico
durante décadas.
Descabezada la organización, nacieron dos bandos antagónicos:
el cártel de Sinaloa, dirigido por Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, y el de
Tijuana, con los hermanos Arellano Félix. Empezaba una época sangrienta
en el norte de México; ajustes de cuentas, balaceras y ejecuciones en
una guerra de narcos por la conquista de la plaza. Pero en Baja
California, los Arellano fueron más lejos.
El Cártel de Tijuana fue la primera organización criminal que diversificó sus actividades delictivas: además del narcotráfico, se dedican al secuestro, la extorsión, el tráfico de armas y la trata de blancas. Crearon un modus operandi del narco que han seguido otros sanguinarios grupos criminales como Los Zetas.
Tras ser procesado en 1993, Francisco
Rafael (el ahora asesinado), fue reemplazado al frente del cártel por su
hermano Ramón, quien se convertiría en el mayor asesino de todo el
clan. Además de lograr un pacto con los Beltrán-Leyva (también
enemistados con ‘El Chapo’), se estima que Ramón Arellano Félix es
responsable directo de más de mil muertes. Se le atribuye, entre otros
crímenes, la ‘matanza del Sauzal’ (Ensenada, 1998), la mayor perpetrada en Baja California y en la que sus sicarios acribillaron a sangre fría a 18 personas, incluyendo niños, por un supuesto ajuste de cuentas.
Gracias a:
http://tijuanadigital.mx/2013/asesinato-en-los-cabos-el-fin-del-cartel-de-tijuana-13252.html
0 comentarios