adiccion
1_Reconoce que eres capaz de formarte hábitos nuevos y de romper los viejos. Puede ser un proceso largo, pero absolutamente puedes cambiar tu conducta si lo deseas. Recuérdate que tú eres más fuerte que tu adicción, y no te castigues con demasiada dureza por las recaídas, recuerda que la recuperación es un camino, no algo que puedes tronar los dedos y lograr.
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2_Corta todas tus fuentes. Elimina la tentación librándote de tu acceso a la pornografía. Las siguientes son algunas ideas más específicas:

Si ves pornografía en DVDs, ráyalos con una pluma o clip antes de tiraros.
Si usas revistas, rómpelas página a página y ponlas en una trituradora de papel, o quémalas (en un lugar seguro, como en un estacionamiento de concreto o una chimenea).
Si usas el Internet, toma precauciones extras. Resuelve que sólo usarás tu computadora en áreas comunes, como la sala o la cocina. Activa controles de seguridad en tu navegador, y haz que otra persona ponga la contraseña. (Si usas una PC, también puedes bloquear tus sitios frecuentes editando tus archivos hosts en un programa de edición de archivos host para el sistema de Windows.) Sobre todo, intenta limitar tu tiempo en internet para no descubrirte navegando al azar cuando estás aburrido.
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3_Conoce tus detonantes y aprende a evitarlos. Toma nota de las situaciones que te tienten más y también distánciate de ellas. Si ciertas canciones o juegos de video te ponen en un estado de ánimo lujurioso, guárdalos por un tiempo. Podrías necesitar mantenerte alejado de la alberca con las chicas bellas en traje de baño o de los jóvenes guapos por unas pocas semanas.

Reconoce las situaciones en las que sucede: ¿Pasa cuando estás aburrido? ¿Herido? ¿Enojado? ¿Solo? ¿Cansado?
Que no te preocupe renunciar a la socialización, música o juegos de video para siempre. Una vez que te hayas vuelto más fuerte y que hayas superado tu adicción, podrás volver a estas cosas con seguridad. Por ahora, sin embargo, necesitas cuidarte de dos cosas que podrían inducirte a buscar alivio en la pornografía.
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4_Hazte un hábito o hobby nuevo para reemplazar el tiempo que pasabas viendo porno. No dejes el tiempo que habrías pasado viendo pornografía simplemente vacío. En su lugar, encuentra maneras de llenar los momentos de calma de tu vida a fin de que ya no tengas tiempo para la porno. Encuentra un hobby que siempre hayas querido probar, como un arte o un deporte, o decide pasar el tiempo en mejorarte a ti mismo, ya sea yendo al gimnasio, leyendo haciendo trabajo voluntario o contribuyendo a tu vida de cualquier otra manera.

Cualquier cosa que elijas hacer con tu tiempo libre, debería ser algo que te sientas orgulloso de contarle a otra gente. Tomar una actividad que te avergüenza y reemplazarla con algo que te hace sentir orgulloso acelerará tu recuperación.
Cómo vencer la adicción a la pornografía siendo adolescen
5_Marca cuánto tiempo puedes pasar sin ver porno. Llevar un registro de tu avance puede ayudar a recordarte cuánto has avanzado. Por cada día que pases sin ella, haz una marca en el calendario. Intenta llevar una larga cadena de marcas.
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6_Trabaja en tu vida amorosa. Desarrolla confianza (y obtén una subida de adrenalina) encontrando maneras más positivas de interactuar con parejas potenciales. Desarrolla el valor suficiente para hablarle a la chica que te gusta, o para invitar a alguien a un evento social importante. Con el tiempo, descubrirás que eres más socialmente capaz.
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7_No seas demasiado duro contigo mismo si recaes. Si pudieras simplemente decidir no ver porno nunca más y no volver a recaer, probablemente no estarías leyendo este artículo. Comprende que la recuperación es difícil y que probablemente no sea perfecta. Si recaes, acepta tu momento de debilidad y úsalo para fortalecer tu determinación. No pases tiempo avergonzándote o castigándote por ello, esas acciones toman tiempo que podrías estar utilizando para construir una vida más productiva y atractiva aparte de ver pornografía.
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8_Si todavía tienes un problema, busca ayuda profesional Habla con el consejero de tu escuela o con un psicólogo/médico. Si eres una persona religiosa, podría ser útil hablar con un miembro de tu clero. Podrías tener algún tipo de discapacidad que evite que tengas las aptitudes sociales necesarias para tener sexo en la vida real, tales como el síndrome de Asperger o ADHD. Además, la adicción a la pornografía podría ser una señal de depresión.

Ten valentía. Muchas más personas de las que te imaginas se enfrentan a la adicción a la pornografía. Es muy posible que si tu consejero, psicólogo o religioso ha estado haciendo esto por un tiempo, haya tratado a alguien más en la misma situación que tú. Ármate de valor y confía en esta persona para que te ayude.
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Recuerda que no estás solo, cientos de miles de otras personas están en la misma situación que tú. Sé fuerte y mantén tu visión en tu meta de dejar la porno y conserva la vista fuera de los sitios web, revistas, DVDs, etc., de pornografía.
Intenta evitar los sitios que podrían cuyo contenido no sea la pornografía, pero que podrían tener referencias pornográficas.
Si ves un anuncio o ventana de aparición automática no racionalices con tu impulso hormonal, por ejemplo “No he visto nada en mucho tiempo, por una vez no pasa nada”; ni actúes como si no supieses qué hay en Internet “¡Sólo quiero ver qué es!”
Si sientes que tienes un problema, no inventes excusas. El pensamiento moderno te dirá que la moralidad es subjetiva, así que puedes continuar haciendo cosas, como mirar porno, y no ser peor por ello. Recuerda que admitiste que tenías un problema con la porno, no racionalices tu problema, confróntalo.
Los medios (música, películas, etc.) y los amigos también pueden afectar tu adicción. Intenta estar en compañía de amigos limpios y aléjate de las conversaciones sucias. Escucha música limpia. Decir groserías también te puede afectar. Las películas con contenido y vocabulario procaz también son malas.
No te odies a ti mismo. Seguro que puede parecer raro y atemorizante, pero lo que no sabes es que muchas personas que conoces miran pornografía. Recuerda, no eres un villano, eres una víctima, pero no uses eso para racionalizarlo.
Si tú, en cualquier momento, comienzas a tener malos pensamientos sobre una chica o chico, entonces comienza a pensar de inmediato en otra cosa. Ayuda concentrarse en lo que dice tu profesor con más intensidad, o tal vez subirle el volumen a la música.
Nunca te permitas sentirte culpable de ser tentado. Todos somos tentados.
No es raro, así que no te sientas tan triste al respecto. Por otro lado, esa no es una excusa para ver porno.
Podrías sentir que estás cargando un peso tremendo sobre tus hombros, pero recuerda que cuanto antes comiences a beneficiar tu vida en lugar de perjudicarla, más pronto comenzarás a ser alguien en este mundo.
Si llega a ser posible y apropiado, evita estar solo en las madrugadas.
Habla con personas en las que puedas confiar y que sepas que te comprenderá, y pídeles que te hagan responsable. La gran mayoría de la gente está involucrada en la porno de una manera u otra, pero les da vergüenza a admitirlo. Muchas veces los hábitos de la pornografía prosperan en secreto.
Si intuyes que tus padres sospechan de ti, habla con ellos en privado y explícales el problema y tu plan. Es mucho mejor que responder a la pregunta “¿Hay algo que quieras decirnos?”